lunes, 3 de junio de 2013

Correr o morir -- Kilian Jornet ( libro )


Conocía un vídeo impresionante de Kilian Jornet corriendo por las torrenteras de una montaña, pero no había mirado nada más sobre él.

Cuando vi el título de este libro, me chocó. Correr o morir, era un título que se antojaba demasiado radical. Y lo es. Nadie se muere por no correr ¿o sí? 

 Este es otro libro escrito por un profesional de las carreras ( él se define como atleta de élite) que quiere averiguar dónde está su límite, con carreras hasta de 800 km y que busca todo el tiempo batir récords.

La verdad es que no le admiro, simplemente me deja fría. ¿Para qué vale esto? ¿Por qué hay empresas dispuestas a patrocinar este tipo de cosas?  ¿Y cuánto cuesta toda esa parafernlia? Si me dijeras que se queda dos días y dos noches sin comer y sin dormir, para descubrir alguna vacuna contra alguna enfermedad, me quedaría admirada, pero que alguien se quede dormido corriendo, de puro cansancio... No lo entiendo, la verdad, no entiendo el objetivo.

Este libro además, está escrito raro. Tan pronto tiene frases estupendas, como las que escribe hablando de la naturaleza, que transmite con claridad, vehemencia, y te atrapan, (sobre todo si piensas igual), como  pega un cambiazo y es tan torpe que me lleva a preguntarme sí lo ha escrito todo la misma persona. Quizá por eso no me llega, no me ilusiona, no me entusiasma.

De todos modos, estos son los mejores consejos que he leído jamás sobre técnica de correr:

“Recuerdo las palabras de Jordi, mi entrenador. Correr es un arte, como pintar un cuadro o componer una pieza de música. Y para crear una obra de arte hay que tener claros cuatro conceptos básicos: técnica, trabajo, don e inspiración. Y todo ello hay que conjugarlo rodeado de un equilibrio vital. Se debe dominar a la perfección la técnica, evitar cualquier movimiento parásito que no sirva para impulsarnos y llevarnos más lejos y que únicamente consuma energía. Hay que prestar atención a los movimientos, poner esmero en ellos y protegerlos. Cada corredor tiene una forma natural de correr y debe seguirla, perfeccionarla. Hay corredores de grandes zancadas y otros de pequeños pasos. Corredores que corren con la cabeza alta y corredores que van encogidos. Hay corredores conservadores y otros que atacan desde el primer momento. No se debe imponer una forma de correr. No existe la forma perfecta para todos, pero todo el mundo cuenta con su perfecta de correr”

O esto otro, que es exactamente lo que yo pienso, y así es cómo corro, sin trampa ni cartón, tanto si llego la última como sí no: 

“Ganar no significa terminar en primera posición. No significa batir a los demás. Ganar es vencerse a uno mismo. Vencer a nuestro cuerpo, nuestros límites y nuestros temores. Ganar significa superarse a uno mismo y convertir los sueños en realidad"

Quizá la explicación, de por qué no me atrapa este libro con su lectura, me lo indica el mismo escritor, en un momento determinado, nuestros planteamientos son completamente diferentes, diametralmente opuestos, así de simple:

“Sin embargo, la tensión es diferente a la que puede respirarse en la salida de una gran carrera europea, donde los corredores, desde los que salen para una posición de honor como los que salen solo para terminar, tienen una gran desazón por saber cómo se encontrarán, si la preparación habrá sido buena, si los sacrificios realizados para llegar a la carrera habrán merecido la pena y si serán capaces de llegar con el tiempo que se han propuesto. Cada carrera es a vida o muerte, no se puede fallar, y eso provoca que antes de oír el pistoletazo de salida la tensión pueda cortarse con un cuchillo”

Afortunadamente para mi, hasta ahora, cada competición ha sido una alegría, una fiesta, absolutamente independiente de puestos, trofeos o tiempos, sólo trato de divertirme con uno de mis muchos hobbies. Por eso lo de leer que cada carrera es a vida o muerte, me resulta exageradamente absurdo.

Sencillamente me ha decepcionado. Me resulta patético, por su simpleza vital, por su vacuidez: sólo batir récords, sólo llegar el primero, sólo entrenar y entrenar, para volver al punto uno....

Ni siquiera me hace gracia su guiño a Murakami, a quien por cierto, voy a volver a leer, porque necesito las palabras de alguien que le guste correr y  sepa escribir  (para variar).







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