miércoles, 5 de mayo de 2010

mis entrenamientos yoguisticos


Después de una carrera hay que hacer estiramientos.... a ser posible in situ.

Yo los hago, más o menos, aunque es curioso que cada vez veo a menos corredores estirando.
Pero la prueba de fuego va en las clases de yoga. Parece como si el profe me leyera el pensamiento y dedicara la clase con los ejercicios precisos para a estirar justo lo que yo necesito. O quizá sea que el yoga es así, y estira todo lo estirable del cuerpo. No lo sé. Tampoco me importa mucho, lo que de verdad me resulta interesante es que la mayoría de los ejercicios me valen para desentumecer mis inelásticos músculos y me hace sentir muy bien después.
Eso, y la increible tranquilidad que transmiten las clases, que choca con el resto de mi ajetreada vida.
Es como un oasis de paz. A la vez tan distinto y tan igual a las sensaciones que experimento trotando al estilo zen. ¡Qué dificil es de explicar!¡y qué maravillosas son!

2 comentarios:

  1. ¡Qué ganas me han entrado de ir a una clase de yoga! :-)

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  2. Anímate, y ya verás lo buenas que son, aunque sólo sea por la parte práctica de los estiramientos

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